Yoga para conectar con la Naturaleza
El YOGA COMO PRÁCTICA DE CONEXIÓN
El Yoga es una práctica milenaria que sigue siendo practicada por muchas personas alrededor del mundo. Afortunadamente, cada vez más adeptos reconocen en ella una herramienta súper eficaz para disfrutar de una vida plena.
Esta disciplina física, mental y espiritual nos ayuda a conectar con nuestra energía interior, con nuestro cuerpo, con nuestra mente y… ¿con la naturaleza?
Pues sí, efectivamente. De eso mismo te vengo a compartir hoy.
El yoga nos ayuda a encontrar un equilibrio entre la energía física y la energía espiritual. Por eso, cuando practicamos yoga con intención de conectar con la naturaleza, nos sentimos más conectados con el mundo que nos rodea.
La postura base de la cual partimos en los saludos al sol (Surya Namaskar) es tadasana o la postura de la montaña. En ella, enraizamos los pies a tierra y elevamos la coronilla al cielo.
Partiendo de eso, ya puedes hacerte una idea de que el yoga, tiene mucha relación con el mundo natural.
La práctica de yoga para conectar con la naturaleza tiene muchos beneficios, entre ellos, destaco el que con ella, facilitamos la fluidez de energía en nuestro primer chakra, encargado de ocuparse de la energía más terrena, física y materialmente hablando.
Esta conexión con la naturaleza nos ayuda a desarrollar una actitud de respeto hacia los demás, hacia nosotros mismos y hacia el medio ambiente. Adaptarnos al entorno, establecernos en nuestra realidad con seguridad y disfrutar de nuestro lado más instintivo y natural.
“Cuando practicamos yoga para conectar con la naturaleza, de una forma u otra, nos incluimos en ella y nos nutrimos de su energía amorosa.”
4 Posturas de yoga para conectar con la naturaleza
Hay muchas asanas, o posturas de yoga, que pueden ayudarnos a conectarnos con la naturaleza.
Hoy te voy a compartir algunas de las que a mí más me hacen sentirme parte de la tierra y que además, tienen un montón más de beneficios físicos.
Así que saca tu cuaderno de notas y quédate hasta el final del post para descubrir todos los detalles sobre estas asanas.
1. Malasana o postura de la guirnalda
Es una asana de yoga que se usa para abrir y fortalecer la parte baja de la espalda, abrir las caderas, trabajar los tobillos y la fuerza de pies. Esta asana también se conoce por sus beneficios para la digestión y la circulación, pero también porque nos acerca de forma irremediable a la tierra.
Para hacer la postura de malasana empieza desde tadasana (postura de la montaña), de pie, ve separando las piernas un poco más de la anchura de los hombros y deja que los dedos apunten en diagonal al exterior. Es decir, los bordes externos de tus pies no quedarán paralelos.
A continuación, dobla tus rodillas para bajar hacia abajo la pelvis, asegurándote de que espalda se mantenga erguida y no se arquee demasiado. Coloca tus manos en el mudra del amor, juntando palma contra palma frente a tu pecho y dejando que los pulgares entren en contacto con el esternón.
Intenta que tus talones se mantengan en el suelo si puedes. Al llegar a la postura, mantén durante 10 respiraciones y deshazla suavemente volviendo a tadasana de la forma que entraste en malasana: extiende rodillas y verticaliza tu cuerpo.
2. Vrksasana o postura del árbol
Es una asana de yoga que se usa para mejorar el equilibrio y la concentración. Esta postura también sirve para mejorar la postura corporal, fortalecer las piernas y los pies.
Para hacer la postura del árbol, comienza de pie en tadasana o postura de la montaña. A continuación, enraíza tu pie izquierdo para que empuje fuertemente el suelo y ve llevando hacia ese lado el peso de tu cuerpo. Después, eleva tu pie derecho y colócalo en el interior del muslo izquierdo.
Mientras tanto, mantén los brazos extendidos hacia arriba, con las palmas juntas y los codos estirados o si lo prefieres, haz como yo en la foto, palma contra palma. Esta segunda opción es más sencilla y te facilita el equilibrio.
Una vez que hayas encontrado el punto de concentración y te sientas firme, cierra tus ojos y respira profundamente conectando con la tierra. Visualízate como si fueras un árbol.
Mantén la postura durante unas respiraciones, sintiendo la conexión con todo lo que te rodea.
Para salir de la postura, baja el pie derecho al suelo. A continuación, regresa a la postura de pie. Respira profundamente y repite la postura con el lado opuesto.
Practicar la postura del árbol, te ayuda a fusionarte con esa tierra que te sostiene, a confiar en ella y tener la certeza de que siempre estarás cuidado y con provisiones suficientes para tu existencia.
3. Garudasana o postura del águila
Otra asana para conectar con la naturaleza es la postura del águila. Esta postura es algo más retadora y se realiza al cruzar los brazos y piernas. Como hiciste en el árbol, debes comenzar en tadasana, dejando en uno de los pies el peso de tu cuerpo y llevando el otro a entrelazarlo partiendo desde un cruzo de pierna similar al que haces cuando estás sentado.
Después, trata de llevar el pie de la pierna que estás cruzando por detrás del gemelo flexionando las rodillas lo suficiente, como para sentir que estás en una silla imaginaria. Luego, cruza también tus brazos por delante de ti, procurando que los hombros estén en la misma línea y haciendo que las palmas de tus manos queden enfrentadas la una contra la otra.
Esta postura nos ayuda a encontrar el equilibrio y conectar con la energía del aire. Además, es una asana que sirve para abrir y fortalecer piernas, hombros, brazos y parte de la espalda. También, para mejorar el equilibrio y la concentración.
Sentirte como un águila, observando todo con perspectiva y dejando que se silencie el ruido interno, hará que puedas disfrutar de un equilibrio interno lleno de paz y de calma. Mantén la postura 5 respiraciones profundas y deshazla con suma delicadeza, tratando de escuchar mucho tu cuerpo.
4. Uttana Shishosana o postura del cachorro extendido
Uttana Shishosana o postura del cachorro extendido es una postura de yoga que se realiza desde la posición de cuatro puntos de apoyo. Esta postura estira la parte inferior de la espalda, abre el pecho, los hombros y hace un estiramiento profundo de los brazos. Por lo general, se realiza como una postura de calentamiento al comienzo de una clase de yoga que va a trabajar mucho las extensiones o backbends.
Para realizar esta asana, comienza en la posición de cuadrupedia, con las palmas de las manos y las rodillas apoyadas en el suelo. Estira los brazos hacia adelante tratando de que las caderas queden por encima de las caderas y el pecho o el mentón toque tierra. Sentirás cómo la columna vertebral se extiende para formar una curvatura en la espalda, llevando coxis al cielo. Estira los brazos completamente para apoyar el pecho o la barbilla en el suelo. El peso debe estar en los hombros y los brazos mientras que la parte inferior de la espalda se estira hacia arriba.
Mantén esta postura durante unos segundos y luego regresa a la posición inicial. Esta postura ayuda mucho a llevar a tierra las emociones, a hacer una escucha atenta de lo que sentimos y nos hace conectar mucho con el amor por la naturaleza.
ACERCA LA NATURALEZA A TU PRÁCTICA DE YOGA
Cuando practicamos yoga para conectar con la naturaleza, de una forma u otra, nos incluimos en ella y nos nutrimos de su energía amorosa.
El yoga es una práctica milenaria que no sólo se practica en los estudios y shalas. En la naturaleza, se disfruta mucho más.
Personalmente, me encanta sentir la caricia del viento o la sensación tan agradable que produce el sol en mi piel mientras practico.
Si dispones de un lugar en tu casa para tu práctica de yoga, te recomiendo que la llenes de elementos naturales, de plantas, minerales, siempre esté bien ventilado y tenga una temperatura agradable.
También, puedes utilizar los elementos para tu altar, usando velas para representar el fuego, inciensos para honrar el aire, unos aceites esenciales para recordar el agua y cristales para recordar la tierra.
Así que ya sabes, lo natural, es conectar con la naturaleza incluso, cuando practicas yoga. Reverencia, respeta y venera aquello que te ha sido regalado por nacimiento y que siempre tienes a tu alcance. Créeme, que la transformación estará asegurada.
Autora del libro "Despierta tu Diosa Interior", Life Coach, Profesora de Yoga y Facilitadora de meditación y mindfulness. Fundadora de Turismo de Bienestar, la Agencia Visvasa y Siemprendes.com. Colabora en la plataforma de Televisión Consciente. Eterna alumna y ávida lectora, apasionada de la naturaleza y creadora nata. Actualmente, creando eventos, talleres, retiros y compartiendo en su canal de Youtube todo lo aprendido en su camino del crecimiento interior y el bienestar.
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