Yoga & Menstruación

AYURVEDA, YOGA, CONSCIENCIA - 14 marzo, 2022

LA MUJER & EL YOGA DESDE LOS TIEMPOS ANTIGUOS

Se tiene la visión de que, en su origen, el yoga fue algo exclusivo del género masculino y que la práctica estaba mal vista entre las mujeres, que únicamente, se debían limitar a sus quehaceres como madres y amas de casa.

Nada más lejos de la realidad…

En el periodo védico las mujeres fueron muy respetadas en India, ávidas estudiantes de yoga y gozosas de una reputación superior. Incluso, en el Manusmṛiti (manuscrito de gran importancia para la sociedad india datado del siglo III a.C.), se hace alusión a la mujer como Diosas:

यत्र नार्यस्तु पूज्यन्ते रमन्ते तत्र देवताः ।
यत्रैतास्तु न पूज्यन्ते सर्वास्तत्राफलाः क्रियाः ॥ ५६ ॥

yatra nāryastu pūjyante ramante tatra devatāḥ |
yatraitāstu na pūjyante sarvāstatrāphalāḥ kriyāḥ

Lo que traducido viene a ser algo como: “Donde se respeta a las mujeres, moran los dioses. Cuando éstas no son consideradas, todas las acciones son en vano.”

“ Nuestro ciclo representa una gran oportunidad de encuentro y no hay una práctica que esté bien y otra que esté mal, sino una que te sentará bien y otra que te sentará mal.”

El yoga & la ciclicidad de la mujer

Es innegable que, en Occidente, la llegada del yoga supuso un néctar para el alma de muchas mujeres, que en esta práctica milenaria, encontraron un bálsamo para su mente, su corazón y un puente directo de conexión con su cuerpo y con algo que está más allá de todo lo conocido.

Pero si algo caracteriza a la mujer es su ciclicidad, por lo que una práctica de asanas rígida y lineal en la constancia se dificulta. Tenemos días en las que nos sentimos vigorosas y cargadas de energía, y otros en los que realmente necesitamos calma y suavidad.

La menstruación, es uno de esos factores que afectan directamente sobre nuestras necesidades físicas, siendo fruto de un cocktail hormonal que no nos deja indiferentes.

Nuestra luna representa realmente un tiempo de introspección, de descanso, de soltar. Es una oportunidad de renovación, de encuentro con una misma y darnos ese espacio tan necesario que a veces, entre las responsabilidades del día a día, queda relegado a un segundo plano.

Cada vez más, nuestra mirada hacia estos días se torna más amorosa y comprensiva ¡Se nos ha dotado del poder creador! Y ya es hora que dejemos a un lado esa mirada que clasifica a la menstruación como una piedra en nuestro camino.

Asanas de yoga para la menstruación

Ahora bien, como practicantes, debemos considerarla y tenerla en cuenta para elegir qué tipo de práctica realizar durante los días de sangrado. A todas nosotras nos han asaltado alguna vez dudas como si es apropiado practicar yoga cuando estamos en nuestros días de menstruación.

¿Será bueno hacer invertidas? ¿Puedo practicar un estilo más activo o debería incluir solamente posturas reconstituyentes?

En este artículo vengo a darte algunos consejos para vivir tu menstruación conscientemente, para que no se convierta en algo limitante e incluso, pueda servirte para descubrir otro punto de vista de lo que es el yoga.


LAS ASANAS MÁS RECOMENDABLES

Según Geeta Iyengar, hija del conocido maestro B.K.S Iyengar discípulo de Krishnamacharya, las asanas más recomendables durante la menstruación para aliviar tensión y mover la energía de apana vata son: Utthita Trikonasana, Utthita Parsvakonasana, Baddha Konasana, Supta Baddha Konasana, Upavistha Konasana, Malasana, Virasana, Supta Virasana y Matsyasana.

Las más sencillas para practicar son Malasana, o la postura de la guirnalda. Tan sólo debes colocarte de pie con una apertura de piernas algo mayor que la anchura de tus caderas. Flexiona las rodillas para bajar hacia el suelo con la espalda erguida y colocando las palmas juntas frente al pecho, ayúdate de tus brazos para abrir las caderas. No te preocupes si los talones no llegan al suelo, incluso si te sientes más cómoda, puedes colocar el taco de yoga bajo tus nalgas y apoyarte en él.

También te recomiendo probar Virasana, la postura del héroe (o en nuestro caso, de la heroína). Colócate sentada sobre tus tibias, con los empeines de los pies apoyados por el exterior de tus caderas, manteniendo la columna vertebral y la pelvis neutra. Si te cuesta o sientes molestia en las caderas o rodillas, eleva la pelvis sentándote sobre mantas o taco de yoga, recuerda siempre ponértelo fácil.

Además, en su libro “Yoga para la mujer”, indica algunas pautas sobre qué posturas son más apropiadas según cómo sea tu menstruación.

Por ejemplo, si sufres mucha pérdida de sangre se recomienda: Uttanasana, Kurmasana y Paschimottanasana (la pinza).

Esta última es muy sencilla de practicar, tan sólo siéntate sobre el suelo con las piernas estiradas hacia el frente y juntas. Inhalando eleva los brazos por encima de la cabeza y flexiónate para ir a agarrar tus pies ¡No importa si no llegas! Puedes ayudarte de una cinta o cinturón o flexionando rodillas. Eso sí, es importante que no sientas molestia en la lumbar. La intención es que el coxis se dirija hacia atrás y tu espalda al bajar se elongue al máximo posible, como si quisieras llevar la barbilla más allá de tus rodillas.

Personalmente, una de las que más me gusta practicar en mis primeros días de regla es Urdhva Prasarita Padasana, con la espalda en la esterilla y colocando las piernas apoyadas en pared hacia arriba.

Esta postura me reporta mucho descanso, al igual que Apanasana, tumbada sobre la espalda y abrazando las rodillas. Balanceando el cuerpo de un lado a otro es como si me diera un masaje en la zona lumbar.

¿Posturas prohibidas durante la menstruación?

Y ahora la eterna pregunta entre las yoguinis… ¿Invertidas durante la menstruación sí o no? Según Geeta, las no recomendables para estos días serían Salamba Sarvangasana (la vela) o Sirsasana (parada de cabeza).

Pero digo yo, ¿quién mejor que una misma para decidir qué es lo más apropiado para su cuerpo? Aliviar las molestias y hacer una práctica reconfortante no depende más que del sentir de una misma. Y te voy a dar un ejemplo para que me entiendas.

En el libro mencionado de Geeta, no aparece ninguna extensión recomendada a priori (aunque en Matsyasana también haya cierta extensión dorsal) y sin embargo, a mí personalmente, me encanta hacer asanas como Bhujangasana o Uttana Shishosana. No me preguntes por qué, pero durante la menstruación me sienta bien abrir el pecho y concentrar mi energía en Anahata chakra.

Con esto quiero compartirte, que si normalmente durante tu práctica te recomiendo que escuches tu cuerpo, durante tu menstruación lo hagas más que nunca. Y si te apetece hacer una serie completa de Ashtanga Vinyasa tu segundo día del ciclo, hazlo.

¡Utiliza la escucha interna como guía para tu práctica y no fuerces tu cuerpo a hacer cosas que realmente no sientas hacer!

Como dije al inicio, nuestro ciclo representa una gran oportunidad de encuentro y no hay una práctica que esté bien y otra que esté mal, sino una que te sentará bien y otra que te sentará mal.

Afortunadamente, todos somos únicos y diferentes, cada cuerpo, cada mente, cada ser, requiere de cosas distintas y no podemos encajar todos en un mismo molde. Por eso, nada mejor que hacer que el yoga se adapte a ti y no al contrario. Medita, respira y haz las asanas que tu cuerpo te solicite en estos días de recogimiento tan especiales.

SOBRE EL AUTOR

Autora del libro "Despierta tu Diosa Interior", Life Coach, Profesora de Yoga y Facilitadora de meditación y mindfulness. Fundadora de Turismo de Bienestar, la Agencia Visvasa y Siemprendes.com. Colabora en la plataforma de Televisión Consciente. Eterna alumna y ávida lectora, apasionada de la naturaleza y creadora nata. Actualmente, creando eventos, talleres, retiros y compartiendo en su canal de Youtube todo lo aprendido en su camino del crecimiento interior y el bienestar.

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